Nada más llegar a China, un montón de amigos de distintos países no me dejaban de preguntar si conocía a un tal Moncho. Este periodista que había trabajado en EFE parecía conocer a media ciudad y su nombre y anécdotas surgían con naturalidad en español, inglés y chino.
Tuvieron que pasar varios años hasta que me puse en contacto con Moncho (Ramón Martínez), quien me comenzó a hablar de un libro que estaba a punto de terminar y que ya ha sido publicado en España. Su obra se llama “Historias Chinas. Mito y realidad del nuevo gigante económico” y es un viaje a través de la política, economía y sociedad del país. ZaiChina le ha hecho una entrevista por email sobre su nuevo libro:
– ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
– La idea no fue mía, sino del editor de Península, Manuel Fernández-Cuesta, que me ofreció esta posibilidad después de saber que yo había pasado unos cuantos años viviendo en Pekín. Me preguntó si me atrevería a escribir un libro, y me pidió un proyecto. Cuando lo aceptó, comencé a trabajar sin saber muy bien qué contar y, sobre todo, cómo ordenarlo todo.
– Por lo que he podido leer y por lo que se explica en la introducción, es un libro que aborda prácticamente todos los temas más candentes sobre la actualidad China. ¿Qué contenidos se pueden encontrar en “Historias Chinas”? ¿Hay alguno de los capítulos del que estés especialmente orgulloso o que te gustaría destacar?
– Bueno, yo no soy ni historiador ni economista, pero es obvio que para tratar de explicar la China del siglo XXI, o al menos la que vimos los que hemos vivido allí y los que seguís viviendo, son imprescindibles referencias históricas, económicas y políticas, lo que me llevó mucho trabajo de documentación. Sin embargo, y salvo en el caso de los expertos, lo que suele interesar más a la gente en España son asuntos más terrenales, más domésticos, de carácter social. De hecho, a medida que escribía me preguntaba qué era lo que normalmente me preguntaban mis familiares o amigos sobre China cuando estaba en España. Así que en el libro hay de todo. Se habla de la familia, del funcionamiento del Partido Comunista, de los JJOO, del sistema laboral, de la relación de China con EEUU o África, del medio ambiente, de la política del hijo único, del sistema jurídico. Esas cosas.
– ¿Cuáles son las fuentes más importantes que has utilizado en tu libro? ¿Alguna que haya sido especialmente importante en el desarrollo de tu trabajo?
– Aunque yo evité llenar el libro de pies de página, porque no se trata de un ensayo académico y sesudo, me fue de mucha utilidad el excelente trabajo que en China llevan a cabo muchos periodistas, algunos ex compañeros míos. Información de prensa china, anglosajona y latina. También me entrevisté con académicos y expertos chinos o españoles en China o en asuntos relacionados con el país, me leí un puñado de libros, y, lógicamente, me valí de mis experiencias personales y de los viajes que pude hacer por el país cuando estuve allí.
– Uno de los principales problemas que uno suele tener como periodista en este país en su dependencia de Pekín y Shanghai, desde donde se escriben la mayoría de historias sobre China, dejando casi de lado el resto de regiones. ¿Cómo has combatido en tu libro este digamos “pekíncentrismo”? ¿Que otras regiones podemos ver en “Historias Chinas”?
– La verdad es que no pude combatir ese “pekincentrismo” del que hablas porque al fin y al cabo fue donde yo viví y porque es el centro neurálgico de China. Sin embargo, además de Shanghai se puede ver Xinjiang, Yunnan, Guangxi, Xian y otros muchos lugares.
– Tú has trabajado como periodista en Radio Internacional de China, Xinhua y la Agencia EFE. ¿Qué opinión te merecen los medios chinos destinados al público occidental –en este caso hispanohablantes- y la labor periodística de los medios extranjeros en China?
Yo creo que en China es muy complicado trabajar. Las respuestas institucionales llegan tarde o no llegan, y cuando lo hacen suelen estar cargadas de naderías. Encontrar fuentes fiables es complicado y conocer los entramados internos del Partido Comunista, con toda su opacidad, es muy difícil. Sin embargo, la pertinacia de muchos periodistas en China es muy notable. Muchos de los que he conocido han dedicado innumerables horas a aprender el idioma, a tratar de entender la cultura y a estudiar China desde dentro para hablar con propiedad. Se han escrito reportajes muy completos sobre diferentes asuntos de China, pese a que en Occidente, los jefes de los diferentes periódicos pidan siempre lo mismo: economía y violaciones de derechos humanos. En cuanto a la prensa china, todo el mundo sabe lo que es. A mí me tocó vivir capítulos sorprendentes cuando trabajé con ellos, pero también aprendí mucho de su funcionamiento y dinámica interna.
– ¿Cómo describirías con unos pocos adjetivos a la China del Siglo XXI, a esta nueva potencia mundial?
Orgullosa, caníbal, contaminada, integrada, responsable, estable, caótica, simpática y terrible. Un cóctel lleno de contradicciones, pero así me parece a mí que es el país.
– En ZaiChina, cada vez que hacemos alguna entrevista siempre solemos preguntar por tus páginas webs de información preferidas sobre China, sean en español, inglés o chino y se trate de blogs, grandes medios o cualquier otra cosa que se pueda encontrar en la Red. ¿Cuáles son tus webs preferidas?
– Yo utilicé un montón. Desde el blog de Chinochano y otros enlaces a los que acudir desde allí, hasta las páginas oficiales del gobierno, que están llenas de estadísticas. Utilicé muchos informes de ONG tanto chinas como extranjeras, me fueron muy útiles las páginas de Naciones Unidas, la página del IGADE y muchas otras que ahora mismo no recuerdo, porque ya hace un año que entregué el libro a la editorial.
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