“Soy rebelde de nacimiento”
Ai Weiwei se ha convertido en el artista prototipo del siglo XXI: engachado a las redes sociales y los selfies, comprometido con la política, global, provocador e influyente.
Es el artista chino más conocido del mundo y lo cierto es que en persona no defrauda: Ai Weiwei clava los ojos en ti y más que seducción lo suyo es una cuestión de vehemente atropello. Como su arte, su conversación también es provocadora, directa al grano, sin remilgos ni medias tintas. “Desde que nací soy un rebelde”, dice para resumir su compromiso con el arte y la política.
En la mesa ubicada en el patio interior de su casa-estudio, a las afueras de Pekín, Ai Weiwei ha colocado un cenicero con la figura del Estadio del Nido. Es su elegante forma de protestar contra el gobierno chino y contra uno de los símbolos de los Juegos Olímpicos de 2008, el cual el propio artista ayudó a diseñar. “Con los Juegos Olímpicos me di cuenta de que el estadio que habíamos diseñado se había convertido en una herramienta de propaganda”, dice mientras apaga un cigarrillo sobre la ondulante imagen del estadio.
Fue precisamente ese año cuando la vida y el arte de Ai Weiwei cambiaron para siempre…
[Sigue leyendo en el blog de Estudios de Asia Oriental la Universitat Oberta de Catalunya, con quienes colaboraremos durante las próximas semanas abordando temas del mundo cultural contemporáneo chino]
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