China tiene un problema de identidad. O al menos eso cree el profesor Wang Jisi, decano de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Pekín, quien lleva varios años buscando la forma de definir el rol que China juega en el siglo XXI.
Entre el este y el oeste
Para empezar, Wang tiene problemas a la hora de situar a China en el este o en el oeste. Tradicionalmente, y especialmente durante la Guerra Fría, el país estuvo fuertemente identificado con el bloque socialista oriental. Las propias canciones comunistas (como “El este es rojo”, por ejemplo) situaban a China claramente a un lado del mundo. China estaba en el este desde un punto de vista geográfico, pero también desde un punto de vista político.
Todavía hoy, esta visión sigue imperando en el análisis de Wang Jisi. “Antes de nada, China es un país socialista”, explicó recientemente en una conferencia organizada por Think In China en Pekín. “Es un país muy especial porque nuestro sistema político es diferente al de la mayoría de países”.
A pesar de esta visión oriental de China, lo cierto es que el país se ha visto tradicionalmente en el centro del mundo. Al fin y al cabo, China tuvo siempre importantes conexiones con el oeste (a través de la ruta de la seda, por ejemplo) y siempre jugó un rol central en el continente asiático. Todavía hoy, regiones como Xinjiang, Tíbet y Yunnan están más cercanas culturalmente a las zonas continentales del Centro de Asia que a la costa del Pacífico. Además, el fin de la Guerra Fría y la incorporación de China al comercio internacional provocaron desde los años 80 que el país se volcara en aprender de Occidente, sobre todo de Estados Unidos.
Entre el norte y el sur
Otra forma tradicional de clasificar a los países ha sido según la división Norte / Sur. En este caso no se trata tanto de una clasificación geográfica, sino sobre todo económica: en el Norte se supone que están los países desarrollados (Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Japón…) mientras que en el Sur estarían los países en vías de desarrollo (Sudamérica, África, Sudeste Asiático…).
¿Dónde entraría China en esta clasificación? En principio, geográficamente estaría en el Norte, mientras que económicamente pertenecería al Sur.
Sin embargo, Wang Jisi, que en el año 2012 fue incluido por la revista Foreign Policy entre los 100 pensadores globales más importantes, matiza la ubicación de China entre los países del Sur. En su opinión, hay tres dimensiones que hacen de China un caso especial:
1 – El tamaño de su economía. “China es un país en vías de desarrollo”, explica Wang, “pero es probablemente el más poderoso de ellos”. A esta realidad geopolítica contribuye fundamental su peso económico. El Producto Interior Bruto (PIB) de China es superior al de Sudáfrica, Rusia, Brasil e India combinados. China es el único país que aspira a llegar a lo más alto de la economía global (al menos en términos absolutos) y esto tiene importantes implicaciones internacionales que lo diferencia del resto de naciones en desarrollo.
2 – El envejecimiento de la población. A diferencia de la mayoría de países del Sur, China está envejeciendo a pasos agigantados. En el 2012, el 13,26% de la población china tenía más de 60 años. Esto supone una diferencia enorme con los países latinoamericanos, africanos u oriente medio, donde los jóvenes suelen ser mucho más numerosos. “China es en este sentido parecida a los países europeos”, dice Wang.
3 – China es el mayor productor de manufacturas del mundo. Mientras que muchos países del Sur exportan materias primas y recursos energéticos, China necesita de éstos para mantener en funcionamiento sus fábricas. China importa recursos energéticos y exporta manufacturas, lo que en opinión de Wang Jisi le aleja de muchos de los países en vías de desarrollo, que suelen vender sus materias primas al exterior.
China, ¿en el centro?
Es por eso que, según la propuesta de este profesor, China debería ser entendido como un país central. Un país que está geográficamente en Asia, pero que mantiene importantes vínculos con Oriente Medio y quiere aprender de Occidente; ubicado al norte del Ecuador, pero perteneciente a los países en vías de desarrollo, con quienes sin embargo mantiene diferencias importantes. Es en todas estas contradicciones donde Wang Jisi piensa que hay que buscar la identidad global de China.
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