Corría el año 1956 cuando a Wang Huaizu le dijeron que iba a ser el traductor al español de Mao Zedong. “Me emocioné tanto que empecé a sudar nada más entrar en la cabina”, explica a ZaiChina más de medio siglo después. Con tan sólo 22 años, el joven Wang había sido elegido para poner la voz en español del entonces líder de China durante el discurso inaugural del VIII Congreso del Partido Comunista. A la cita habían acudido numerosos revolucionarios latinoamericanos, quienes pudieron seguir el discurso de Mao gracias a la interpretación de Wang.
Aquel fue el primer gran trabajo de este profesor y traductor, que hasta 1964 hizo también de intérprete para otros importantes políticos chinos de la época, como Zhou Enlai, Liu Shaoqi, Zhu De o Hu Yaobang. Su labor se enmarcó casi siempre en las visitas de delegaciones cubanas o de otros países afines ideológicamente. Fue así también como tradujo al chino a influyentes personalidades latinoamericanas, como al propio Che Guevara, a quien acompañó en más de una ocasión durante sus estancias en el país asiático.
El interés por el español de Wang Huaizu (王怀祖), que a sus 79 años todavía mantiene fresco y preciso, fue en realidad una casualidad. Nacido en Suzhou en 1934, el primer idioma que estudió fue el inglés. Con la proclamación de la República Popular de China en 1949 y la confirmación de la Guerra Fría en los 50, el país comenzó a necesitar personas formadas en la lengua de Cervantes. Fue así como reorientó sus estudios: “Yo no empecé a estudiar español por interés propio, sino por necesidades superiores, por necesidades del Estado”, dice en su actual casa de Pekín.
Estudiar español en aquella época, sin embargo, no era una tarea sencilla. Sus primeros profesores en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Pekín (hoy universidad) fueron los antiguos diplomáticos del Guomindang que habían vivido en países latinoamericanos. Un poco más tarde llegarían también varios españoles desde la URSS, mayormente emigrantes durante la Guerra Civil española. En algunas ocasiones, sobre todo al principio, no tenían más remedio que estudiar español con textos elaborados por expertos rusos.
Al acabar la carrera en 1956, Wang Huaizu se quedó como profesor en la Facultad de Español, un trabajo que combinaría con las traducciones para el Ministerio de Asuntos Exteriores. Traducir a Mao podía resultar en ocasiones una tarea complicada, y no tanto por su marcado acento de Hunan. “A Mao le gustaba citar poemas y refranes chinos, eso era lo más difícil de traducirle”, explica. “A veces repetía las mismas palabras y frases”.
Mucho más fácil era traducir a Zhou Enlai, a quien el profesor Wang acompañó a principios de los 60 a Dazhai, la famosa comuna convertida en ejemplo del desarrollo agrícola por el Partido Comunista. “Zhou siempre pronunciaba discursos muy claros”, dice Wang. “Sus frases eran siempre correctas, sin ninguna equivocación”.
Con la llegada de la Revolución Cultural en 1966, Wang Huaizu, como tantos cientos de miles de chinos, se vio obligado a abandonar la universidad. En su caso, todos los profesores y alumnos fueron enviados a una granja de la provincia de Hubei, cerca del río Yangtsé. A diferencia de los dramas que vivieron otros intelectuales y profesores, muchos de ellos torturados y asesinados por los guardias rojos, Wang Huaizu vivió una Revolución Cultural algo más tranquila: “Aunque la vida era dura, los profesores y los alumnos nos llevábamos muy bien”.
Con la vuelta a la normalidad a partir de 1975, Wang Huaizu se despidió de sus labores de intérprete para políticos chinos. Hasta entonces, el Ministerio de Exteriores no contaba con una plantilla consistente de traductores, sobre todo en los años 50 y 60, y por eso tenía que echar mano de profesores como Wang, a quien a partir de 1975 sólo llamaron en ocasiones excepcionales.
Sin embargo, el compromiso de Wang Huaizu con el idioma español y con Mao no se rompió del todo. Desde 1975 hasta 1983 formó parte del Buró Central de Traducciones, donde tradujo al español las obras escogidas de Mao Zedong y Zhou Enlai, junto a otros documentos de la Asamblea Popular Nacional. En esa época también realizó la traducción al chino de “Guerra de Guerrillas”, el famoso libro del Che Guevara.
Desde entonces, la vida de Wang Huaizu ha continuado en el mundo académico y en la traducción. Ha participado también en varios diccionarios de español-chino y fue cotraductor de “El Libro de un hombre solo”, del Premio Nobel Gao Xingjian. Su última obra, publicada en marzo de 2013, es una antología traducida al español de 300 poemas de la Dinastía Song, un trabajo que le ha llevado de forma intermitente más de 40 años.
En la actualidad, Wang Huaizu y su mujer, la también especialista de español Chen Xiaozhen, viven a caballo entre Barcelona y Pekín. Entre los años 1989 y 1993, Wang fue profesor visitante en la Universidad Autónoma de Barcelona, una ciudad en la que más tarde haría de traductor para otras empresas e instituciones, tanto chinas como españolas.
Todavía hoy, esta pareja se mantiene activa en el campo turístico, educativo y empresarial. “Siempre hemos intentado fomentar el intercambio cultural y económico entre China y los países hispánicos”, explica Chen. En el caso de Wang Huaizu, son ya más de 55 años desde aquella tensa mañana en la que tradujo por primera vez a Mao Zedong.
Muy interesante el articulo sobre el sr Wang. Ojala y sigan con estos interesantes datos entre estos 2 importantes idiomas… Saludos