La histórica reforma energética de México, que pretende abrir el sector a la inversión extranjera, está despertando un fuerte interés en China. Aunque la reforma todavía no ha sido aprobada y se desconocen los detalles concretos, las grandes petroleras del gigante asiático se están planteando seriamente invertir en el país latinoamericano.
“Si México abre el sector energético a la inversión extranjera, sería una gran oportunidad para China”, nos explica Chen Shaofeng, profesor de la Universidad de Pekín y especialista en seguridad energética.
Aunque tendrá que competir con otros países (el más evidente Estados Unidos), a China no le faltan empresas con capital suficiente para invertir. Las candidatas más claras son la China National Offshore Oil Coorporation (CNOOC), China National Petroleum Coorporation (CNPC) y Sinopec. Las tres son las petroleras más importantes del gigante asiático y tanto Sinopec como CNPC figuran entre las cinco mayores empresas del mundo por beneficios, según la revista Fortune.
“Las empresas chinas están bastante interesadas”, nos confirma Chen Yuanting, especialista en las relaciones México – China de la Academia de Ciencias Sociales de China. “Las petroleras chinas tienen los fondos y la tecnología que México necesita en materia energética”.
En el actual contexto de incertidumbre económica en los países desarrollados, China cuenta con ingentes cantidades de divisas que podría poner al servicio de sus empresas estatales. En cuanto a tecnología, las petroleras chinas podrían ayudar en la extracción de recursos en aguas profundas, una misión en la que Pemex (la gran petrolera estatal mexicana) parece no poder actuar en solitario.
Las necesidades energéticas de China
El interés de China responde a sus crecientes necesidades energéticas. En octubre de este año, China se convertirá en el primer importador neto de petróleo del mundo, según un informe hecho público en agosto por la Energy Information Agency (EIA). Entre 2011 y 2014, la demanda de combustibles líquidos del gigante asiático crecerá un 13%.
“Para países como China, con una demanda de petróleo tan grande y escasos recursos propios, la reforma energética en México ofrece una nueva fuente de suministro de petróleo”, dice Qi Fengtian, investigador del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China.
Frente a los límites de su producción propia, el gigante asiático ha buscado durante la última década asegurar su suministro en el extranjero. En 2012, China adquirió activos de petróleo y gas por valor de 31.000 millones de dólares, según PLS, una empresa que ofrece información sobre el sector energético.
China importa petróleo sobre todo de Oriente Medio y África, donde desarrolla todo tipo de inversiones y extracción de crudo, pero estaría interesado en diversificar sus operaciones. La apertura a la inversión extranjera de México, el décimo productor de petróleo del mundo, es una oportunidad no sólo para las empresas chinas, sino para las grandes petroleras de todo el mundo, que también están esperando a conocer los detalles de la reforma energética.
La luna de miel entre Peña Nieto y Xi Jinping
Desde la llegada de Peña Nieto al poder, el gobierno mexicano ha buscado incrementar las relaciones económicas con China. Sólo en los últimos cuatro meses, se han producido cuatro visitas ministeriales del más alto nivel.
Los nuevos acuerdos bilaterales, que se han concretado sobre todo en materia de agricultura y turismo, también han llegado al campo de la energía. En abril de 2012, durante la visita de Peña Nieto a China, se anunció el acuerdo entre Pemex y Sinopec para aumentar las exportaciones de petróleo hacia el país asiático. Además, también se firmaron acuerdos de cooperación tecnológica, exploración y formación con Xinxing Cathay International Group y China National Petroleum Coorporation (CNPC). “Entre la participación de Peña Nieto en el Fórum de Boao en abril y la visita de Xi Jinping a México, los dos países han dado ya un primer paso de cooperación en materia energética”, dice Chen Yuanting.
A pesar del interés inicial, las empresas chinas todavía esperan a conocer los detalles de la reforma energética. “Como la nueva regulación todavía no ha sido ratificada por el Congreso, todavía necesitamos tiempo para saber cómo se va a llevar a la práctica”, dice Chen Shaofeng.
A falta de conocer los detalles, las petroleras chinas se presentan como firmes candidatas para participar en la histórica reforma energética de México.
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