El 2013 ha comenzado en China con una acalorada polémica en torno a la libertad de expresión que podría ser la primera prueba de fuego para el gobierno de Xi Jinping
Los primeros días de enero han estado en China protagonizados por varios enfrentamientos entre periodistas y autoridades, con los censores haciendo horas extra y los periodistas y otros intelectuales protestando abiertamente contra la intromisión del gobierno en el trabajo de los medios de comunicación.
La primera publicación en llamar la atención de las autoridades fue el Yanhuang Chunqiu (炎黄春秋), una revista mensual de historia con poca difusión que siempre se ha caracterizado por sus ideas liberales y sus críticas al Partido Comunista de China (PCCh).
En su artículo para dar la bienvenida al 2013, titulado “La Constitución es el consenso para la reforma del sistema político” (宪法是政治体制改革的共识), la revista se quejaba de la falta de reformas políticas y apostaba (basándose en la propia Constitución del país) por darle más poderes a la Asamblea Popular Nacional, garantizar la propiedad privada (que evitaría el drama de los desalojos forzados), defender la libertad de expresión, la independencia judicial y la creación de un estado de derecho basado en el respeto a la Ley (también por parte del PCCh).
La revista Yanhuang Chunqiu, que cuenta entre sus filas con periodistas tan reivindicativos como Du Daozheng (杜导正) o Yang Jisheng, ha defendido en los últimos tiempos a figuras polémicas como Zhao Ziyang (quien apoyó a los estudiantes en Tiananmen en 1989) y todos los años suele escribir un artículo con demandas similares a las de este 2013. En esta ocasión, una vez más, a las autoridades no les ha hecho mucha gracia el artículo: desde el 4 de enero, y sin saberse exactamente los motivos, su página web ha sido bloqueada.
Enfrentamiento en Guangdong
Además de este escándalo, otro todavía mayor se ha producido esta semana en torno al Southern Weekly o Nanfang Zhoumo (南方周末), probablemente el medio de comunicación más emblemático en su defensa de la libertad de expresión y sus críticas al gobierno. Según han explicado varios de sus periodistas en las redes sociales, la carta de año nuevo de este semanal, que había escrito Dai Zhiyong (戴志勇), fue modificada sin su consentimiento por el departamento de propaganda de Guangdong. Su artículo original se titulaba “El sueño chino, el sueño del constitucionalismo” (中国梦, 先政梦) y defendía la necesidad de controlar al gobierno, hacer más reformas, defender la dignidad de los ciudadanos y permitir que la gente pudiera expresar sus críticas en voz alta.
El texto fue descafeinado y su título modificado, presumiblemente por el director del departamento de propaganda de Guangdong, Tuo Zhen (庹震), sobre quien en las últimas horas se ha dicho de todo en Sina Weibo. El problema con Tuo Zhen parece venir de lejos y muchos le achacan a él el empeoramiento de los últimos años en las condiciones de trabajo de los periodistas en esta provincia del sur de China, especialmente en el grupo mediático Nanfang Daily, que cuenta con algunos de los medios más liberales del país (entre ellos el mencionado Southern Weekly y otros como Southern Metropolis Daily o Southern People).
El enfrentamiento entre periodistas y autoridades se ha enconado en los últimos días (en el China Media Project han escrito largo y tendido sobre el tema). Los medios oficiales como el Global Times o el Diario del Pueblo han publicado varios artículos criticando errores en la pieza del Southern Weekly, mientras que las autoridades de Guangdong han intentado obligar a los periodistas a desmentir la intervención del gobierno (incluso obligándoles a entregarles las contraseñas de la cuenta del Southern Weekly en Sina Weibo para hacerlo público).
Frente a este ataque de las autoridades, distintas fuerzas del ámbito de los medios de comunicación y las universidades se han unido para defender al Southern Weekly. Los propios periodistas del semanal han estado increíblemente activos en los últimos días en Sina Weibo y han firmado una carta en la que critican a Tuo Zhen por sus actos “dictatoriales, ignorantes y excesivos” y piden que sea relevado de su puesto y que “la normalidad” pueda volver cuanto antes al semanal.
A la causa del Southern Weekly se han unido personalidades como Ai Xiaoming (profesor en la Universidad Sun Yat-sen de Guangdong), Yu Jianrong (investigador de la Academia de Ciencias Sociales) o Li Chengpeng (un famoso periodista y bloguero), entre muchos otros. A la larga lista también se ha unido recientemente Hu Shuli, la directora del grupo mediático Caixin, quien hace unas horas ha publicado otro artículo defendiendo la Constitución y el respeto a la Ley para poder avanzar en las reformas políticas.
Aunque el incidente no ha conseguido saltar a los medios tradicionales, y por lo tanto sigue sin haberse convertido en “noticia” para la mayoría de la población, en Sina Weibo (e incluso en Tieba Baidu) es difícil encontrar a alguien que esté de acuerdo con las autoridades de Guangdong y que no defienda al Southern Weekly. Algunos internautas defienden “levantarse y actuar”, otros dicen que “hoy todos somos del sur” y muchos de ellos defienden la libertad de expresión que representa el Nanfang Zhoumo. Los medios cercanos a este semanal, como el Southern Weekly People (南方人物周刊), también han mostrado su apoyo con imágenes como esta:
Algunos internautas también han subido sus propias fotos en las que piden libertad de expresión y defienden al prestigioso semanal chino:
Fuentes
• China Media Project: A Consensus for Political Reform (el artículo del Yanhuang Chunqiu traducido al inglés)
• Weibo: Cuenta de Yanhuang Chunqiu / Cuenta del Nanfang Zhoumo
• China Media Project (sobre el Southern Weekly): A New Year´s greeting gets the axe in China / Inside the Southern Weekly incident
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