A pesar de que Hu Jintao intentó acabar con los veraneos en Beidaihe, esta zona de playas a unos 300 kilómetros de Pekín sigue siendo un importante centro político
La semana pasada, la revista Global People (环球人物) se ocupó de un tema que este verano ha mantenido entretenidos a muchos periodistas: las reuniones que todos los años celebran los políticos chinos en Beidaihe, una ciudad de veraneo a unos 280 kilómetros de Pekín. A pocas semanas para que se celebre el XVIII Congreso del Partido, que provocará un importante cambio de poder en lo más alto de las instituciones gubernamentales, este año los movimientos en torno a las villas y playas de Beidaihe han sido seguidos con culpa.
A pesar de los intentos de Hu Jintao por quitarle importancia a las reuniones veraniegas de Beidaihe, todo parece indicar que éstas se siguen produciendo y que habrán jugado su papel en el nuevo reparto de poder que viviremos en unas pocas semanas. El actual presidente de China tomó las riendas del país entre finales de 2002 y principios de 2003, y a los pocos meses anunció que ese año las autoridades del gobierno central no trabajarían desde Beidaihe. La medida de Hu Jintao intentaba evitar que los políticos abandonaran a su antojo Pekín y buscaba dar una imagen de seriedad y trabajo ante los ciudadanos.
A pesar de todo, Beidaihe ha seguido siendo los últimos veranos un importante centro político, especialmente en este 2012 en el que se suceden las quinielas sobre el inminente cambio de poder. Las medidas de seguridad han aumentado este año: en las gasolineras se pide la documentación a los conductores y en los accesos por carretera se realizan controles de seguridad. Para los extranjeros sigue siendo complicado alojarse en los hoteles de la zona, ya que sólo se les permite quedarse en los más caros. Unas declaraciones de un trabajador en la estación de trenes parecen indicar que el flujo de personalidades políticas ha continuado este verano:
“Aquí la llegada de líderes políticos es lo normal; lo que sería noticia es que no vinieran. Nosotros tenemos unas normas, no podemos preguntar ni revelar quiénes son los políticos que vienen”.
A Beidaihe acuden desde las más altas personalidades (los miembros del politburó permanente, como Xi Jinping, a quien la propia prensa oficial situó en Beidaihe este verano) hasta los trabajadores de algunas empresas estatales. Hay políticos de los ministerios, del Partido Comunista y del ejército, así como delegados de la Asamblea Popular y la Conferencia Consultativa. Según lo que publica el Global People, cada uno de ellos tiene su propia zona de casas, playas y oficinas en Beidaihe.
La historia de Beidaihe
Pero la unión entre política y Beidaihe tiene vínculos mucho más profundos. En la revista Global People destacan que la primera gran personalidad conocida en llegar aquí fue Qin Shihuang, el primer emperador chino, quien lo habría hecho en el año 215 antes de nuestra era. Otras importantes personalidades históricas, como Cao Cao o el emperador Taizong de la dinastía Tang, también se acercaron a esta pequeña zona costera del noreste de China.
Si pasamos ya al siglo XX, Beidaihe se convirtió a partir de 1912 en uno de los lugares donde acudían a descansar los principales líderes políticos y militares del país. El otro lugar al que acudían, en el sur del país, era al Monte Lu, en la provincia de Jiangxi. Entre estos dos sitios se repartían las casas de veraneo y esparcimiento de los líderes del Kuomintang, el partido que dominó la política china durante la primera mitad del siglo XX.
Con la llegada de los comunistas al poder en 1949, Beidaihe adquirió todavía más estatus como centro político de verano. Zhu De, uno de los más famosos militares chinos, tocó la arena de sus playas ya antes de que se proclamara la República Popular de China, en julio de 1949. Este general del ejército chino siguió acudiendo hasta Beidaihe prácticamente hasta su muerte en 1976.
Por supuesto, Beidaihe no hubiera alcanzado el prestigio que alcanzó si no hubiera sido por el apoyo de Mao Zedong. Es bien sabido que a Mao le gustaba mucho nadar, y aprovechó los meses de verano para combinar el trabajo con la playa. Los comunistas aprovecharon las construcciones hechas por los líderes del Kuomintang y también algunos extranjeros, y a partir de los 50 construyeron nuevas carreteras, villas y centros de descanso.
Entre 1953 y 1965, muchas reuniones importantes tuvieron lugar en las oficinas y edificios administrativos construidos en Beidaihe para que los líderes chinos pudieran seguir trabajando. Los teletipos de la agencia oficial Xinhua firmados desde aquí se convirtieron en una norma durante todos esos veranos. Según el Global People, fue aquí donde Mao Zedong revisó el borrador del primer capítulo de la Constitución de China y también donde, en 1954 (el año que más tiempo pasó en la playa) Mao decidió lanzar un ataque para “liberar” Taiwán. Beidaihe fue también el lugar de donde escapó Lin Biao en 1971, enfrentado con Mao y cuyo avión acabó estrellándose en Mongolia.
Deng Xiaoping y la apertura económica
Después del breve parón de la Revolución Cultural, Beidaihe volvió a tomar impulso con la llegada de Deng Xiaoping al poder. Muchas de las antiguas grandes villas y residencias de ancianos fueron reconvertidas en hospitales con la intención de atraer el turismo. Como el resto del país, Beidaihe también tenía que ganar dinero. Desde entonces, las reuniones políticas de verano coinciden (aunque separadas por guardias de seguridad y fincas privadas) con el turismo de miles de chinos y extranjeros (sobre todo rusos).
Durante esa época, en una tendencia que ha llegado hasta este mismo año, Beidaihe se ha convertido en un lugar todavía más importante en los meses previos a la celebración de los Congresos del Partido. El Global People menciona sobre todo dos momentos: el verano de 1987, cuando importantes reuniones preparatorias sirvieron para organizar el Congreso de ese mismo año; y el de 1997, un año en el que desde Beidaihe se realizaron muchos de los borradores que más tarde conformarían el grueso del XV Congreso del Partido.
Jiang Zemin y Beidaihe
El ex presidente de China, Jiang Zemin, también era un amante de la natación. Según su biografía oficial, nadaba 600 metros todas las mañanas.
Pero si por algo destacó Jiang Zemin en Beidaihe fue por su concesión de entrevistas a periodistas extranjeros. En agosto de 1995 habló con un periodista del japonés Morning Sun Newspaper, una entrevista histórica debido a la larga rivalidad entre Pekín y Tokio.
Todavía más sonora fue la entrevista que concedió en agosto de 2000 a Mike Wallas para el programa 60 minutos de la CBS. En una de las salas gubernamentales de Beidaihe, Jiang se enfrentó a todas las preguntas del presentador estadounidense, quien no dudó en llamarle dictador a la cara. Esta es probablemente (que alguien me corrija si me equivoco) la única entrevista larga y televisiva que un presidente de China ha concedido a los medios extranjeros. Jiang Zemin decidió que fuera precisamente en Beidaihe.
Fuentes
• Global People (contenido resumido tomado por los agregadores de noticias / todos los reportajes de la revista sobre el tema).
Bei=uei(N)=ue=way(E)=buey(Sp)=ox.
dai=ai/ay(N)=do for others=hay(Sp)=there is.
he=hi!=i(N)=dr-in-k.