El 2 de junio, las autoridades de Hangzhou le nombraron “ejemplo moral”. Dos días después, el apelativo subió hasta “mártir de la revolución”. Anteriormente, internautas y medios de comunicación ya le habían llamado “héroe popular” y “mejor chófer”. Su nombre es Wu Bin (吴斌), un conductor de autobuses de larga distancia recientemente fallecido que ha emocionado a los ciudadanos por su capacidad de sufrimiento y su servicio al pueblo.
El drama de Wu Bin se produjo el 29 de mayo, cuando conducía un autobús procedente de Wuxi (en la provincia de Jiangsu) con destino a Hangzhou. De repente, en medio de la autopista, un trozo de metal salió volando de la nada e impactó contra la luna delantera del autobús, hiriendo gravemente a Wu Bin. El conductor, en una gran muestra de profesionalidad, aguantó como pudo el duro impactó, comenzó a bajar marchas, se arrimó lentamente hacia la derecha y consiguió detener el vehículo. Las imágenes, registradas por las cámaras del autobús, han circulado por Internet y por todas las televisiones del país, que han destacado la bondad de este chófer, que en esos momentos de gran dolor y tensión consiguió parar el vehículo de forma segura y salvar la vida de los 24 pasajeros.
Aviso: antes de darle al “play”, ten en cuenta que el vídeo es muy duro y puede herir tu sensibilidad.
Hace tiempo que China vive bajo una preocupante falta de valores y que el país está necesitado de referentes morales. El caso de la pequeña Yueyue, atropellada en octubre de 2011 e ignorada por hasta 18 viandantes, es solo el último y más traumático ejemplo de la falta de valores de la sociedad china, debatida frecuentemente por intelectuales y medios de comunicación.
El caso de Wu Bin, promocionado con entusiasmo por los medios oficiales y las autoridades de Hangzhou, intenta llenar ese vacío y servir de modelo para los ciudadanos. Su idealización es también un buen ejemplo de como cierta retórica comunista (el “trabajador modelo”, el “héroe del pueblo”, el “mártir de la revolución”) sigue presente en el subconsciente chino. De alguna forma, parece como si el Gobierno hubiera encontrado a su nuevo Lei Feng.
El funeral de Wu Bin, celebrado el 4 de junio en Hangzhou, convocó en esta ciudad a unas 10.000 personas. La ceremonia contó con el apoyo de las autoridades y de la policía, que cortó el tráfico en torno al Lago del Oeste, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y uno de los símbolos del país. Cerca de 100 taxis se incorporaron también al funeral como muestra de solidaridad y respeto por Wu Bin. Los medios de comunicación, por supuesto, se han hecho eco del multitudinario adiós de este “héroe del pueblo” por las calles de Hangzhou.
Los medios chinos han intentado en los últimos días reconstruir la vida y la historia de este nuevo héroe. Wu Bin tenía 48 años y llevaba 10 trabajando como conductor de autobuses de larga distancia. Sus compañeros de trabajo destacan que la seguridad era su principal obsesión y que asistía siempre con suma atención a todas las clases de seguridad vial que organizaba la empresa. Según uno de sus compañeros, había realizado más de 3.000 viajes y un millón de kilómetros (suficiente para dar la vuelta al mundo 30 veces). En todo este tiempo, nunca había tenido ningún accidente.
En la construcción mediática de este héroe se destaca no sólo su función como trabajador modelo, sino también como padre y marido perfecto. Según cuenta el Beijing News (新京报), en sus 18 años de matrimonio, la pareja “prácticamente nunca había tenido una discusión”. Además de eso, “la vida cotidiana no pudo acabar con el romanticismo de Wu Bin”, que consiguió llenar de felicidad su hogar familiar gracias a su sentido de la responsabilidad, su incansable trabajo y su buen sentido del humor. También tenía una excelente relación con su hija, de 16 años de edad.
Debido a la gran atención mediática que ha despertado este caso, los ciudadanos comenzaron a enviar donaciones de dinero a casa de la familia de Wu Bin. A los pocos días, sin embargo, uno de los familiares apareció ante los medios diciendo que agradecían el cariño de la gente pero que no podían aceptar el dinero. Este gesto de honradez ha vuelto a despertar la admiración de los chinos por la familia Wu Bin.
A continuación reproducimos algunas fotos que han publicado los medios y portales de Internet sobre el funeral de Wu Bin, celebrado en Hangzhou el 4 de junio:
Fuentes
• Galería de fotos: en Netease
• Xinjingbao (Vía Netease): 10.000 personas despiden a Wu Bin
• China News Service (Vía Netease)
• Youku: aquí se puede ver el vídeo del accidente de Wu Bin
Dos cosas:
Primera, la mitad del post habla de un tal WuBin y la otra mitad de XuBin… por lo que veo en los caracteres debería ser WuBin… siento ser tan riguroso.
Segunda, pobre hombre: muere y lo utilizan…
Por cierto, con el comentario de arriba no quiero decir que no se merezca esto, esta persona se merece todo lo que está recibiendo: es un héroe. Lo que realmente quiero decir es que el partido ahora utiliza estas cosas para desviar la atención y decir: “mira, nosotros no somos malos porque compensamos a los buenos.” a esto quería referirme!
De riguroso nada, Alejandro, que menos que poner su nombre bien!! Lo acabo de corregir, gracias por avisar!!
Te entiendo perfectamente. Yo estaba viendo la noticia en la televisión y me estaba diciendo: pero bueno, pobre familia, vaya forma de utilizar a este hombre como ejemplo moral del país y como “mártir de la revolución”… Me pareció un poco demasiado. Luego, la verdad es que viendo el vídeo del autobús, a uno se le ponen los pelos de punta y tiene que quitarse el sombrero ante este hombre.