Esta es la pregunta que se lleva haciendo Jo Lusby, manager general de la editorial Penguin en China, desde hace al menos un par de años. A pesar de la vitalidad de Internet en China (también en el mundo literario) lo cierto es que el mercado de libros electrónicos sigue sin despegar del todo en el gigante asiático. Por suerte, la situación está comenzando a cambiar: durante el 2011, algunas de las grandes empresas chinas han creado las plataformas que podrían marcar el futuro del libro en este país. Como explica Jo Lusby: “China todavía va un poco por detrás, pero todos sabemos que se puede poner al día en 10 segundos”.
A pesar de este retraso, lo cierto es que la literatura en Internet lleva triunfando en China desde hace años. A principios del 2011, el 42,6% de los internautas chinos leía libros en Internet. El género conocido como novelas de Internet (wangluo xiaoshuo, 网络小说), que aparecen y se distribuyen únicamente a través de este medio (con amplia mayoría de género fantástico y romántico), lleva siendo un género popular entre los jóvenes chinos desde los primeros pasos de Internet.
A pesar de la popularidad de estas obras y su buena acogida entre el público, lo cierto es que hasta ahora ha faltado una gran plataforma de distribución y un modelo de negocio en el que participen las editoriales y autores más relevantes del país. Como afirmaba Jo Lusby en un acto del Festival Internacional de Literatura del Bookworm en Pekín: “En China exite una gran tradición de escritura y lectura on-line, pero no de e-books”.
Y aquí es donde 2012 podría marcar un punto de inflexión. En diciembre de 2011, el líder en la venta de libros físicos en el Internet chino, Dangdang, sacó su plataforma de venta de e-books. Éstos se pueden leer desde el lector estrella de Hanwon (el e-reader más popular en China) y desde cualquier dispositivo Android, Apple o Windows. De los 50.000 libros que sacaron en un principio, el 90% de ellos costaba menos de 10 yuanes (1,5 dólares). Su enorme biblioteca y la cantidad de usuarios podrían convertir a esta plataforma en el nuevo líder del mercado, que también tiene planes para vender lectores electrónicos propios por 499 yuanes (78 dólares) y 299 yuanes (47 dólares). De esta forma, Dangdang pretende no solo dominar en la venta de libros (donde ellos se quedan con el 40% de cada venta) sino también en los soportes, acercándose en cierta medida al modelo de negocio de Amazon y su kindle.
Pero Dangdang ya ha llegado tarde al incipiente mercado de los libros electrónicos, donde tendrá que enfrentarse a Shanda, una de las grandes empresas tecnológicas chinas (sobre todo en el sector de los videojuegos) que en 2008 fundó Shanda Literature. A través de sus distintas páginas webs (Qidian, Hongxiu, Rongshuxia, ReadNovel o Xiaoxiangshuyuan), se calcula que esta empresa se ha hecho con el 80% del mercado en China. A pesar de que Shanda también cuenta con su propio e-reader (el Bambook, que se llevó el 19,6% de las ventas en el tercer trimestre de 2011), lo cierto es que su modelo de negocio y sus libros todavía se parecen demasiado al mundo informal de las novelas de Internet.
Como reconoce Scarlet He, la fundadora y directora de Apabi, la empresa china líder en software y tecnología para libros electrónicos, han sido los éxitos de Apple y Amazon en otros países los que han hecho a las empresas chinas darse cuenta del potencial de los e-books. Sin embargo, China también cuenta con sus propias particularidades y hay algunos motivos que explican el retraso de este sector en el gigante asiático. Scarlet He identifica tres grandes problemas: primero, que los chinos son reacios a pagar en Internet; segundo, que en muchos casos las primeras novelas de Internet eran de muy mala calidad; y tercero, que la industria editorial todavía vive una época dorada en China, donde siguen aumentando sus beneficios año a año y tienen pocos incentivos para pasar a los formatos digitales.
También ve muchas dificultades de rentabilidad (al menos a corto plazo) en este sector Óscar Ramos, el fundador de DaD Asia, una empresa española especializada en el mundo de Internet en China (a quien ya entrevistamos en ZaiChina). Según él, a todos los anteriores problemas habría que añadir otro: “El sector de contenidos digitales es complicado de rentabilizar en todos los países mediante el modelo tradicional de copyright, pero en China es especialmente difícil debido a la falta de respeto por los derechos de autor”. Incluso Shanda, la empresa que lidera el mercado y que ha hecho una inversión muy potente, ha tenido problemas y se ha visto obligada a reducir el precio de su e-reader a la mitad y suspender su salida a bolsa. “Aún así, parece que sus resultados están mejorando”. “Es un sector con potencial, pero todavía habrá que buscar la solución china, como en su día se hizo en el sector de los videojuegos”, nos dice Óscar Ramos desde Shanghai.
Por su parte, las empresas extranjeras, como en otros sectores de Internet (buscadores, redes sociales, distribución de vídeos…) es más que probable que se queden fuera de esta guerra, sobre todo teniendo en cuenta las implicaciones políticas de este sector. En China, Apple ha conseguido cierto éxito con su tienda de iBooks y Amazon.cn vende libros en papel, pero hasta ahora ni vende su kindle ni sus libros electrónicos. Es de esperar que también en este ámbito el Gobierno apoye el nacimiento y desarrollo de grandes campeones nacionales.
Además de Dangdang y Shanda, hay otras empresas como 360buy, Xinhua Bookstore o Taobao que también tienen proyectos para entrar en este apetitoso mercado. El referente más claro es Estados Unidos y Amazon, la gran empresa de venta on-line que desde 2010 vende más e-books que libros en papel. Según los datos de Jo Lusby, el 23% de todos los libros vendidos en Estados Unidos son libros electrónicos (un porcentaje que Scarlet He sitúa en torno al 2-3% en China).
Como en muchos otros sectores, el gigante asiático se enfrenta a la dificultad de adaptarse a los tiempos digitales cuando su mundo en papel todavía no ha llegado a la plenitud. Una difícil batalla en la que finalmente ya están inmersas las grandes empresas chinas.
Haces bien en señalar el problem de IP.
Las cosas están cambiando , y ya los autores Chinos se están quejando de modo abierto e influyente:
http://www.hanhandigest.com/?tag=robin-li. Han Han , probablemente el blogger más conocido en China , se queja a Robin Li (Baidu.com) del daño que hace a los escritores Chinos. Señala-con razón- que , a diferencia de los músicos , no pueden hacer conciertos para tener ingresos.
Crees que este tipo de quejas cambiará algo en China?
La propia SNDA ha estado metida en problemas de gestión de IP, y lo curiosos es que ha estado en ambos lados. http://en.wikipedia.org/wiki/Shanda#Positions_on_Copyright_and_Plagiarism
Lo más interesante, es la presión de los propios lectores hacia la empresa por dar soporte a autores involucrados en problemas de IP.
Sin duda alguna este tipo de quejas tienen influencia y pueden cambiar las cosas. ¿Hasta qué punto? Es difícil de prever. De todos modos, y muy poco a poco, sí que parece haber en China una mayor sensibilidad por este problema. El mismo Baidu se vio envuelto en un problema hace unos meses debido a su servicio de archivos, donde la gente colgaba obras con derechos de autor sin ningún tipo de permiso. Debido a la presión de los autores (y sobre todo de las editoriales) se vieron obligados a retirar esos documentos. Situaciones similares se han vivido con la música y los mp3 que ofrece Baidu.