Los últimos datos sobre comercio exterior y crecimiento del PIB en China nos adelantan lo que podría convertirse en una tendencia. En el mes de marzo, las exportaciones de la segunda economía mundial hacia Europa sufrieron una caída del 3,1% con respecto al mes anterior, un porcentaje muy significativo teniendo en cuenta que Europa es el primer destino de las exportaciones chinas. Por su parte, el PIB experimentó durante el primer trimestre de 2012 un crecimiento del 8,1%, un dato inferior al esperado.
Según datos de la Oficina de Estadísticas de China, en el primer trimestre de este año tanto las exportaciones como las importaciones crecieron a un ritmo muy inferior al previsto, poniendo de manifiesto una posible caída de la demanda interna. El consumo interno está considerado precisamente como una de las posibles alternativas al actual modelo de crecimiento económico chino, donde reina el sector exterior y la inversiones.
Ante esta situación, son muchos los que se hacen las siguientes preguntas:
1 – ¿Es el cambio de modelo posible manteniendo un crecimiento del PIB al menos del 8%?
El cambio de modelo es visto como necesario no sólo por la principales instituciones internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial…), sino también por el propio gobierno chino. En su último Plan Quinquenal, Pekín se marcó como principal objetivo la transición hacia una economía en la que la demanda interna tenga un mayor peso.
Pero conseguir este objetivo en la actual situación de crisis mundial no es un reto fácil. También será difícil mantener una tasa de crecimiento del PIB basándose en las exportaciones y la inversión, ya que se podría generar una deuda desorbitada. El posible “decoupling” de las economías emergentes ante la profundidad de la crisis a nivel global se ha manifestado como una posibilidad remota. En el caso de China, sus principales socios comerciales, la Unión Europea y Estados Unidos, siguen sin ver el final del túnel de la crisis económica. De hecho, las importaciones de la Unión Europea procedentes de China han disminuido a partir del tercer trimestre de 2011.
2 – ¿Qué implicaría un cambio de modelo como el planteado?
Sin cambios estructurales profundos, este cambio de modelo es muy poco realista. Entre estos cambios, es crucial transformar el papel de las empresas estatales frente a la iniciativa privada. Las empresas estatales actúan en muchos casos en mercados monopolísticos y oligopolísticos, sin que la eficiencia forme parte esencial de sus objetivos, ya que pueden acceder al capital de forma fácil y barata debido a la existencia de un sistema bancario mayormente estatal. En muchas ocasiones, la banca no basa sus decisiones de concesión de créditos en criterios de solvencia y riesgo, sino en criterios meramente políticos. Esta facilidad de acceso al capital destinado a inversiones poco eficientes es posible gracias a la transferencia de la riqueza de las familias y ahorradores hacia el Estado, lo que supone un gran desincentivo del consumo.
3 – ¿Cuáles son las medidas a adoptar para poder redireccionar el modelo de crecimiento?
Dentro de las reformas, se deberían incluir medidas para, en primer lugar, revertir el proceso mencionado de transferencia de riqueza. Esto se podría hacer aumentando los tipos de interés reales, lo que a su vez provocaría una mejora en la eficiencia económica de concesión de créditos para los proyectos de inversión. En segundo lugar, es necesaria una reforma profunda del sector financiero que permita a los ahorradores tener acceso a un mayor número de instrumentos financieros que ponderen la rentabilidad y el riesgo. Tercero: habría que incrementar los salarios mínimos para aumentar la riqueza de las familias. Cuarto: se debería apreciar el yuan para reducir la continua transferencia de riqueza desde las familias hacia el sector de la importación-exportación. Quinto: es necesario acometer una profunda reforma fiscal que mejore no sólo la recaudación a nivel estatal y de los entes locales, sino también la redistribución de la riqueza para poder reducir los niveles de desigualdad. Y en sexto lugar, se deberían privatizar ciertos activos estatales y utilizar estos beneficios para mejorar los servicios sociales.
4 – ¿Por qué no se llevan a cabo?
En muchos casos, estas medidas implicarían una pérdida de influencia del Partido Comunista de China en la economía. Asímismo, también podría acarrear una pérdida de puestos de trabajo en todo el sector destinado a la exportación. Muchas de esas medidas también podría crear tensiones inflacionistas y subidas de costes laborales que podrían favorecer el ya incipiente proceso de deslocalización industrial.
5 – ¿Qué consecuencias tendrían estas medidas para el resto del mundo?
Sin duda alguna ayudarían a mitigar los importantes desequilibrios del escenario actual, donde China se ha convertido en fuente de capital debido a un exceso de ahorro necesario para financiar los excesos de consumo de países como Estados Unidos.
6 – ¿Qué está haciendo China para cambiar el modelo de crecimiento?
Las autoridades chinas han favorecido en los dos últimos años mejoras salariales, sobre todo a través de la subida del salario mínimo, aunque en términos reales esto no siempre ha supuesto un avance significativo. Asímismo, y tras la profundización de la crisis económica en los países desarrollados, China ha relajado la política monetaria, favoreciendo de nuevo el acceso al crédito. Las autoridades han subsidiado también ciertos productos para mejorar el consumo. Estas medidas son a todas luces insuficientes.
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