A finales de diciembre, Xu Bing, uno de los artistas chinos contemporáneos más prestigiosos, escribió un artículo en el semanal Southern Weekend (南方周末) donde presentaba una de sus últimas concepciones artísticas: “el inglés en caracteres chinos” (英文方块字). Su idea es la de mezclar el idioma de Confucio con el de Shakespeare para crear un idioma nuevo que a simple vista parece chino pero que contiene palabras en inglés.
La idea le surgió, como no podía ser de otra forma, después de mudarse a Estados Unidos en los años 90. Su vida diaria en Nueva York, con problemas de comunicación y costumbres a medio camino entre una y otra cultura, le hiceron plantearse la mejor forma de mostrar el diálogo y las contradicciones entre los dos mundos. Fue, como él mismo dice, un “matrimonio forzado” (包办婚姻), que en su caso no sólo era una expresión artística sino una experiencia diaria.
Además, estos experimentos en torno al idioma le permitían también acercar la caligrafía china a algunos de sus estudiantes occidentales. Muchos de sus alumnos estadounidenses no comprendían el idioma chino pero querían aprender caligrafía; gracias a su nuevo método conseguía romper algunas de las barreras culturales y despertar fácilmente el interés de los estudiantes.
Esta no ha sido ni mucho menos la única vez que Xu Bing, que desde el 2008 es el vicepresidente de la Academia Central de Bellas Artes de China, reflexiona sobre las diferencias culturales, la comunicación, el diseño y el mundo de la imprenta. Una de sus obras más famosas, que se expusó en varios museos del mundo, es “Un libro del cielo”, donde se inventó 4.000 caracteres chinos y creó con ellos una imprenta de tipos móviles.
Su “inglés en caracteres chinos” (que se dio conocer internacionalmente bajo el nombre de Square World Calligraphy) le llevó a crear una guía para que todo el mundo lo entendiera y pudiera utilizar también este “nuevo idioma”. Las letras en inglés siguen una evolución basándose en los trazos del chino e imitando el estilo caligráfico; al mismo tiempo, a la hora de escribir hay que hacerlo como en chino: de izquierda a derecha, de arriba a abajo y de afuera hacia adentro. Es de esta forma como Xu Bing es capaz de redondear la lógica de su “inglés en caracteres chinos”.
En su artículo en el semanal Southern Weekend, este famoso artista chino cuenta una anécdota que refleja muy bien el diálogo cultural que siempre ha buscado en sus obras:
Dando una conferencia en Estados Unidos, algunos estudiantes me preguntaron: “Esto que haces, ¿no provocará que los chinos se enfaden? Estás convirtiendo al idioma chino en inglés”. Yo les respondí: “Los chinos estarán muy muy contentos, porque lo que estoy haciendo es convertir el inglés en chino”.
A continuación podéis ver un vídeo donde el propio Xu Bing explica su proyecto:
Fuentes
► Southern Weekend (南方周末): Un nuevo matrimonio forzado: “el inglés en caracteres chinos”
La verdad, la noticia me parece muy interesante pero… no. xD Como estudiante de chino casi me puedo hacer una idea de lo que pensará el 99% de la población china (sinófona). Y si se puede decir, a mi, personalmente tampoco me gusta, xD
A mí siempre me ha encantado «El Libro del Cielo»: me parece muy potente la grandísima carga de significado que evoca desde el más pequeño trazo hasta el conjunto de la instalación, significado que somos incapaces de discernir puesto que en realidad, los caracteres no significan absolutamente nada, pero hay algo que está en el aire…, no sé si me explico. ¡Por no hablar de todo el proceso de elaboración…!
Buenisimo proyecto!
Genial! Voy a empezar a escribir español así. Nosotros tenemos la tilde, que también la tiene el han zi, pero el inglés no, así que creo que este sistema es aún más apropiado para el español. Y hasta tenemos la ñ que también tiene un trazo como de pincel.
Realmente es interesante pero como idioma o nueva lengua no creo, quizá pueda lograr algo como algún símbolo de diseño entre el Chino y la lengua contigua, pero nada relevante en composición de un idioma complejo. Es original la idea simplemente!.
Que cosa mas extraña, con tanto lenguaje distintinto al final, todo es un lio