La promoción de la película más cara de la historia del cine chino se vuelve contra el gobierno.

El Partido Comunista de China mantiene una actitud precavida y distante hacia la comunidad internacional, especialmente hacia el mundo cultural y el star system de Occidente. El reciente incidente con Christian Bale, encumbrado y repudiado en China en una misma semana, ejemplifica la difícil relación que el gobierno chino tiene con la búsqueda del glamour y la apertura de su industria cultural y cinematográfica.

Zhang Yimou estrenó el pasado 16 de diciembre en China su última película, “Las flores de la guerra”. Es el filme más caro de la historia del cine chino, con una clara vocación de distribución internacional. Con Christian Bale como protagonista, rodada mitad en inglés y mitad en chino, cuenta la siempre peliaguda historia de la masacre de Nanjing a manos de las tropas japonesas. Incluso antes de estrenarse, la película ha contado con una promoción y distribución internacionales prácticamente sin precedentes: distribución internacional, nominación a los Globos de Oro y presentación ante los Óscar para optar a la mejor película extranjera. Buscando algo de glamour, Zhang Yimou invitó a Christian Bale para su estreno ante la prensa, que corrió como la pólvora por periódicos, magazines e informativos de todo el país. Christian Bale contaba con una muy buena imagen en China. Es la cara de Batman, se dio a conocer con la película “El Imperio del Sol”, también sobre la invasión japonesa de China, negó las acusaciones que tachaban a “Las flores de la guerra” como “propaganda china” y parecía encarnar la imagen del nuevo cine comercial chino, que busca mejorar y aumentar su presencia en el mercado internacional.

Pero Christian Bale aprovechó su visita a China para fines bien distintos. Acompañado de un equipo de la CNN, el actor se desplazó a la provincia de Shandong y trató de reunirse, delante de las cámaras, con el abogado ciego y activista Chen Guangcheng, quien se encuentran en arresto domiciario tras cumplir una condena de cuatro años en la carcel. Chen Guangcheng fue incluido en la lista negra del gobierno chino por sus investigaciones en el año 2005, que destapaban y ponían a la luz abortos y esterilizaciones forzosas a las que fueron sometidos miles de campesinos de la China rural. Fue encarcelado bajo acusaciones que él siempre negó (destrozo de la propiedad pública y bloqueo del tráfico), y desde entonces se encuentra aislado en su casa en esta provincia del noroeste del país. No es la primera vez que las cámaras han tratado de entrevistarle. La CNN ya había acudido en repetidas ocasiones a su hogar para quejarse de la imposibilidad de llegar hasta él. Una vez más, la cadena estadounidense lo volvió a intentar, esta vez con un actor de Hollywood para conseguir más repercusión.

El resultado fue el mismo que en anteriores ocasiones. Varias personas les impidieron llegar a la vivienda de Chen Guangcheng y les expulsaron de la zona, siguendo su vehículo para asegurarse de que volvían por donde habían llegado. Comenzaron entonces las declaraciones de Bale, que tachaba el incidente de “escándalo sin predentes” y “antidemocrático”. Mientras, la CNN se frotaba las manos y el gobierno chino se apresuraba a preparar una respuesta oficial.

El portavoz de Exteriores del gobierno chino calificó al que era el rostro extranjero del momento de “persona non grata” en China, asegurando que debería sentirse “avergonzado” de haber sido invitado por Zhang Yimou para promocionar la película y aprovechar la ocasión para “fabricar noticias”.

De momento, Zhang Yimou, sin duda uno de los grandes perjudicados con este asunto (quien además había expresado durante la promoción de la película su admiración y respecto por el actor británico) no ha realizado declaraciones al respecto.

La promoción internacional de “Las flores de la guerra” se convirtió inesperadamente en una pesadilla para la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión de China (SARFT), que a buen seguro se guardará a partir de ahora de invitar a figuras internacionales para participar en sus proyectos audiovisuales y aumentará los controles de figuras públicas de visita en el país.

La condena del incidente ha sido recogida por infinidad de medios internacionales, muchos de los cuales ni siquiera habían hablado anteriormente de la promoción de “Las flores de la guerra”. Sin embargo, este tipo de activismo no suele ser bien visto por la población china, que a menudo es favorable a “lavar los trapos sucios en casa” y ve con recelo la intromisión extranjera en su política interna. Distintos medios internacionales han puesto también en duda la honestidad e intenciones de Christian Bale, quien acudió a visitar a Chen Guangcheng con cámaras de por medio y sabiendo con certeza que le iban a negar el acceso (más aún con un equipo de la CNN). Otra de las críticas más repetidas ha sido la de que el británico se ha beneficiado de su participación en la película china para después perjudicar a Zhang Yimou y toda la promoción de “Las flores de la guerra”, que ya se encontraba bajo sospecha al ser tachada de “propaganda china”.

El gran perjudicado será sin embargo el público chino. La SARFT, consciente de la necesidad de hacer más atractivo el cine chino para las audiencias internacionales, volverá a enrocarse sobre sí misma y pondrá más trabas a la presencia de estrellas extranjeras en sus películas. La apertura y diversidad de géneros y estilos dará muy probablemente un paso atrás y esperará pacientemente el momento de hacer florecer las historias más apreciadas por el público occidental, que a pesar de no corresponder siempre con el gusto del público chino, ofrecerían variedad y frescura a un panorama audiovisual cada vez más necesitado de una eclosión de creatividad.