A medida que se acercan las elecciones presidenciales de Taiwán, que se celebran el próximo 14 de enero, los medios chinos van aumentando el número de artículos en los que se ocupaban de la pre-campaña electoral. Si no pasa nada extraño, las elecciones serán un duelo entre Ma Ying-jeou, el actual presidente y líder del Kuomintang (KMT), y Tsai Ing-wen, la mujer que desde el mes de abril está al frente del Partido Democrático Progresista (DPP por sus siglas en inglés).
Las circunstancias históricas han hecho que el antiguo gran enemigo del Partido Comunista de China, el Kuomintang, se haya convertido hoy en el principal aliado político de Pekín en la isla. Esto es muy evidente en los medios de comunicación oficiales chinos como Xinhua, CCTV, el Diario del Pueblo o el Global Times, que suelen lanzar duras críticas contra Tsai Ing-wen y cualquier cosa que huela a independentismo. Como sabéis, Taiwán es un estado independiente de facto cuya soberanía es reclamada por Pekín. La isla cuenta con sus propias elecciones, moneda e instituciones, aunque sigue mantiendo el nombre oficial de República de China y tan sólo es reconocida internacionalmente por 23 países. [Si no tienes muy claro el conflicto entre la China continental y Taiwán, puedes echar un vistazo a este vídeo donde lo explican estupendamente]
En esta línea de ataques contra Tsai Ing-wen y el Partido Democrático Progresista, el pasado 24 de agosto el diario Global Times (环球时报) publicó un editorial que encaja muy bien con el ala más dura del Partido Comunista de China y que traducimos a continuación. En el artículo se puede ver el lenguaje agresivo que se utiliza contra Tsai Ing-wen y la crítica contundente a todo lo que tenga que ver con el independentismo taiwanés. [Hemos incluido los links para facilitar la comprensión del artículo. Las comillas, sin embargo, provienen todas del artículo original]
TRADUCCIÓN
China continental tiene fuerza para controlar el espacio “independentista taiwanés”
Global Times, 24 de agosto de 2011
De cara a las mediáticas “elecciones presidenciales” de 2012, Ma Ying-jeou y Tsai Ing-wen hicieron públicas ayer sus respectivas políticas sobre la China continental. Ma Ying-jeou reiteró su adhesión al “Consenso de 1992” y a los principios de “no unificación, no independencia y no uso de la fuerza militar”. Por su parte, Tsai Ing-wen, como presidenta del Partido Democrático Progresista, declaró que “el Consenso de 1992 no existe” y defendió con estusiasmo que “Taiwán es un Estado independiente”. A pesar de que también dijo que había que continuar desarrollando las relaciones comerciales entre las dos orillas del estrecho de Taiwán (lo que ha hecho que los medios digan que “probablemente no vaya a ser un segundo Chen Shui-bian”), Tsai Ing-wen ha dejado claro que no piensa cortar con sus tendencias “independentistas”.
A la China continental no le importa quién se convierta en el próximo “presidente” de Taiwán. Lo que no puede dejar de preocuparle, sin embargo, es la actitud que ese nuevo “presidente” tenga sobre la “independencia de Taiwán”. Si Tsai Ing-wen cree que puede convertirse en presidenta y hablar sin restricciones de la “independencia de Taiwán”, está muy equivocada. Si esta actitud es compartida por todo el Partido Democrático Progresista (DPP) pueden pasar dos cosas: o este partido es marginado dentro de la isla, o el DPP llevará a todo Taiwán a ser marginado en la región de Asia-Pacífico.
Durante los últimos tres años, la tranquilidad ha reinado en el estrecho de Taiwán, lo que ha beneficiado a los ciudadanos de ambas partes. El discurso de Tsai Ing-wen demuestra que la amenaza a la paz de la “independencia de Taiwán” sigue viva. No podemos permitir que las luchas políticas internas de Taiwán reactiven esta amenaza y traigan una nueva ola de inestabilidad a ambos lados del estrecho.
La mayoría de intercambios que se producen hoy en día entre ambos lados del estrecho son de carácter económico. La confusión que montaron Lee Teng-hui y Chen Shui-bian sobre “la identidad nacional” (国家认同) nunca consiguió arreglar las cosas. Tsai Ing-wen y el Partido Democrático Progresista creen que el discurso sobre la “unificación o independencia de Taiwán” todavía tiene su mercado y que crear polémica entorno a este tema les va a traer beneficios. También piensan que tienen suficiente espacio para enfrentarse a la China continental. Lo que la China continental tiene que hacer es no dejar de oprimir este espacio hasta conseguir que el debate sobre la reunificación o independencia desaparezca por completo de la esfera política taiwanesa.
Chen Shui-bian explotó hasta el límite el debate sobre la “reunificación o independencia”, dejando a ambas partes al borde del conflicto armado. La derrota electoral del Partido Democrático Progresista en 2008 dejó claro que el discurso sobre la “independencia de Taiwan” había hecho aguas. El partido había colapsado bajo el peso de un problema que ellos mismos se habían creado. Ahora, Tsai Ing-wen todavía quiere comer los restos dejados por Chen Shui-bian. La única diferencia parece ser que ella no es una amenaza tan grande para los principios de seguridad como lo era Chen Shui-bian.
Durante un corto período de tiempo, la China continental se mantuvo pasiva frente a la lucha de Chen Shui-bian. Gracias al incremento de su poder, la China continental cambió finalmente su postura, se volvió activa y no dudó en emplear medios no pacíficos para frenar la determinación “independentista”. En cuanto a la forma de ocuparse de Tsai Ing-wen, ésta ya ha abogado por la “independencia de Taiwán”, por lo que la China continental debe fortalecer sus capacidades ofensivas e impedir firmemente que su partido utilice el tema de “la independencia” a su antojo para crear problemas.
Hoy en día, la China continental dispone de muchos más medios y herramientas que hace unos años para oponerse a la “independencia de Taiwán”. En el plano internacional, tiene el poder suficiente para hacer que el gobierno estadounidense sea cada vez más prudente en su postura hacia “una sola China”. En cuanto a Taiwán, no tenemos ningún motivo para no hacer que la atrofia “independentista” se convierta en una tendencia irreversible.
La China continental respeta profundamente la democracia de Taiwán y comprende todas las ideologías enfrentadas en la sociedad taiwanesa, incluida la “independentista”. Lo que el Partido Democrático Progresista diga mientras esté en la oposición es asunto suyo, pero en caso de que Tsai Ing-wen sea elegida “presidenta”, será necesario que rectifique. Si se negara a rectificar, o bien la política taiwanesa es capaz de hacerla pagar rápidamente el precio de su error, o bien Taiwán tendrá que pagar el precio de su error junto a ella. En este sentido, no se pueden dar muchos más argumentos: todo el mundo tiene que tener muy claro este férreo principio de la China continental.
Sólo dejando muy clara esta línea roja, sin ningún tipo de sorpresa, se podrán mantener las normas para la paz entre los dos lados del estrecho. Sólo defendiendo con más fuerza esta línea roja podremos conseguir que se convierta en una línea intolerable de violar. No cabe duda de que los intercambios entre ambas partes son importantes y pueden llegar a dar resultados de gran alcance; sin embargo, no podemos hacernos ilusiones sobre la inmediatez de estos resultados a corto plazo.
Fuente
► Global Times (vía Sina): 大陆有力量压缩“台独”空间
Me da mucha pena la situación en la que está ahora mismo China: presionado por un gobierno que tiene poder sobre 1.3 billones de habitantes.
El artículo da miedo. No solo es que el artículo es una constante amenaza bélica o comercial hacia la isla sino por la esquizofrenia que tiene entre sus líneas.
Espero que la Isla algún día sea independiente y no tenga que subyugarse a las garras del Partido Comunista China y su esquizofrenia colectiva.
Espero que gane el Kuomintang, si ganan los otros podríamos volver a los tiempos agresivos que no benefician a nadie.
Yo no espero que Taiwán sea independiente, más espero que el sistema taiwanés (mejorado) se exporte al continente.