Como explica un antiguo refrán del sur de China, “allí donde llegan las olas, allí llegan los chinos”. Con millones de personas provenientes de este país repartidas por todo el mundo, la directora Ana Tipa decidió enfocar su cámara hacia aquellos que viven en Uruguay. Su película, titulada “Desde el lejano sur”, ofrece un retrato tierno y personal de aquellas personas de origen chino que se han instalado en este país sudamericano.
En su casi media hora de metraje, se presentan algunos de los negocios familiares que los chinos han realizado en Montevideo desde los años 50, como por ejemplo la empresa Perrín; también podemos conocer las historias de aquellos que tienen parejas uruguayas e hijos mestizos y viven en un ambiente multicultural; o descubrir las historias de algunos de los últimos emigrantes, aquellos profesionales altamente cualificados que vienen al frente de grandes multinacionales chinas.
A continuación os ofrecemos este interesante documental y también una breve entrevista con su directora, siempre interesada en otras culturas (ha trabajado en Europa, Asia y América) y premio DOCTV Iberoamérica con su película “Dos Hítleres”.
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ENTREVISTA CON LA DIRECTORA, ANA TIPA
¿Cómo comenzó el proyecto?
La idea del documental surgió tras la convocatoria del instituto Uruguay XXI a presentar propuestas audiovisuales sobre la comunidad china en el país. Se buscaba mostrar el Uruguay al público de la Expo de Shanghai 2010 a través de la visión de los ciudadanos chinos radicados allí. Como cineasta de origen uruguayo, la posibilidad de acercarme a los chino-uruguayos me interesó enormemente, y me puse a investigar de inmediato. Así encontré personajes e historias que me motivaron mucho.
¿Qué acogida tuvo en la Expo de Shanghai?
No pude comprobarlo personalmente pues desafortunadamente no estuve en Shanghai, pero, según el artículo de un periódico local, el documental “causó muy buena impresión”.
¿Por qué ese título, “Desde el lejano sur”?
En un principio, el documental estuvo dirigido a un público mayoritariamente chino; por eso, el título hace referencia a un lugar situado en otro hemisferio y, visto desde China, muy lejano: el Uruguay.
Cuando comenzaste a realizar el documental y a contactar con chinos-uruguayos, ¿cómo reaccionaron éstos a tu proyecto? ¿tenían ganas de contar sus historias?
Las reacciones de los chino-uruguayos frente a mi propuesta fueron en su gran mayoría positivas, sobre todo en el caso de aquellos de más edad y que llevan más tiempo viviendo en Uruguay. Hay que tener en cuenta que se trata de personas con historias de vida muy interesantes y movidas, que quizá nunca habían tenido ocasión de contarlas. Eso hizo que mi trabajo fuera muy agradable y que encontrara rápidamente una buena conexión con los personajes.
En el caso de los ciudadanos chinos que se encuentran en Uruguay por razones laborales – es decir, por estar trabajando actualmente para alguna compañía china establecida en el país – evidentemente la relación fue diferente, pues éstos, como es comprensible, se sienten en la obligación de representar a sus empresas y no desean mostrar facetas demasiado personales. Por eso, en el documental opté por buscar un balance entre ambos enfoques, un enfoque más entrañable y personal, y otro más distante y objetivo, “empresarial”; aunque, en algunos casos, ambos se mezclan.
Anteriormente ya habías realizado otros trabajos en China, sobre empresas establecidas en este país y sobre los jóvenes chinos. ¿Cuál es tu conexión con China? ¿Hay algún motivo por el que te interesa especialmente este país?
Me interesan todos los países y culturas, pues cualquier acercamiento a una cultura diferente me resulta enriquecedor. Además, aunque sea una frase hecha, me siento una ciudadana global. Por otra parte, creo que el mundo va camino a unificarse cada vez más y que, cuanto más sepamos los unos de los otros, mejor nos comprenderemos y mejor viviremos. En el caso de China, se trata de un país del que tengo una imagen que me produce gran fascinación; una imagen que quizá surgió, en un principio, a través del cine chino. Cuando trabajé en China, realizando una serie de reportajes para la televisión alemana, el contacto más directo con el país despertó aún más mi curiosidad. De todos modos se trata de una realidad que me motivaría mucho seguir descubriendo.
En el documental se habla únicamente desde el punto de vista de los chinos-uruguayos. ¿Cómo ven los uruguayos “nativos” (por decirlo así) esta emigración desde China? ¿Cuál es la imagen que se tiene de la comunidad china en Uruguay?
Eso de los uruguayos “nativos” siempre suena un poco gracioso, teniendo en cuenta que se trata de un país cuya sociedad es producto de la inmigración y el mestizaje. Pues cada vez que le comentaba a alguien que estaba haciendo una película sobre la comunidad china, el interlocutor de turno me decía: “¿Ah, sí? ¿Hay chinos acá?” Digamos que no están muy enterados del tema ni tienen una opinión demasiado formada. Afortunadamente, el documental se está emitiendo actualmente en la televisión local y este año se exhibirá en un festival que recorre el norte del país.
Todo el documental está en chino o en cantonés… ¿hubo algún motivo para elegir estos idiomas y no incluir el español?
Hubo un motivo supuestamente práctico, el documental nació de la iniciativa de una institución gubernamental de mostrar el país a través de los ojos de los chinos que viven allí, y se consideró que sería más directo presentar un audiovisual hablado en los idiomas del lugar en el que en principio se iba a exhibir. Claro que faltaron los subtítulos en chino…
La película ofrece un retrato muy amable de los chinos en Uruguay, una visión muy humana y personal. También hay menciones a la labor de las empresas chinas en Uruguay y a inversiones como las escuelas. En ocasiones se podría considerar un retrato muy políticamente correcto de la emigración china en Uruguay, sin abordar directamente los posibles conflictos culturales. ¿No hay problemas de integración?
La desventaja de realizar una película con cierto tipo de apoyos gubernamentales es precisamente esa, que hay que mantenerse dentro de lo “políticamente correcto” para no despertar animosidades. Ocurre entonces que el realizador, en este caso yo, se ve obligado a dejar fuera ese elemento tan esencial en el cine que es el conflicto, y que siempre e inevitablemente, está presente en la realidad. Si te fijas, algo se insinúa, pero no nos pudimos pasar. Ofrecer una visión humana y personal fue, de algún modo, un intento de compensación frente a esa necesidad de presentar un cuadro demasiado armónico que puede resultar superficial y completamente inverosímil.
En los últimos años se está hablando mucho en todo el mundo, y especialmente en América Latina, sobre la creciente influencia de China en todo el planeta. ¿Cómo está afectando a Uruguay en particular el crecimiento económico chino?
Por supuesto que muchos protestan por la presencia masiva de productos chinos, pero por otra parte Uruguay exporta soja, granos, lana, carne y ganado a China, por lo cual un mayor crecimiento económico de ese país resultaría en mayores exportaciones y en un beneficio para la macroeconomía uruguaya. En cuanto a la influencia cultural, creo que un encuentro con otra mentalidad y visión de la vida, bien enfocado, sólo puede beneficiar a Uruguay.
La música me ha parecido muy bonita, no me la puedo quitar de la cabeza. En los títulos de crédito se indica que es de Ignacio Labrada. ¿Podrías contarnos algo más sobre la banda sonora?
¡Qué bueno, se lo contaré a Nacho! Yo también estoy muy contenta con la musicalización de la película. Lo que busqué trabajando con Nacho Labrada -un músico uruguayo que ahora está en Nueva York- fue crear melodías y pequeños comentarios musicales que hicieran referencia a ambas culturas, a su encuentro y fusión, empleando instrumentos y ritmos característicos del Uruguay, pero insuflándoles algo, un color que supusimos o especulamos podía interpretarse como un elemento “oriental”.
El tema principal debía transmitir al mismo tiempo nostalgia y la sensación del fluir del tiempo, evocando el conocido concepto de “China milenaria” y haciendo referencia a la historia de vida de aquellos chinos que han pasado décadas lejos del lugar en el que nacieron, en un entorno tan radicalmente diferente y con una historia tan joven, a diferencia de su lugar de origen.
¿En qué proyectos estás trabajando ahora mismo? ¿Seguirás hablando de China y los chinos?
El proyecto en el que estoy trabajando ahora mismo se titula EL PRESO y la acción transcurre en el norte del Uruguay, una región muy particular, marcada por su proximidad con el Brasil. Es una historia de vida muy personal, en la que, por ahora, no intervienen personajes de origen chino. Pero sí tengo un nuevo proyecto en China, relacionado con la arquitectura y las ciudades, interesantísimo. Está en sus comienzos, pero ya estoy buscando financiación para el mismo, ¡se aceptan propuestas!
Es un conmovedor documental,
a traves de las historias de cada uno de ellos,
se delinea ese lazo sutil, por el que se unen todos los ciudadanos del mundo,
yo como otros compatriotas, hicimos el viaje al contrario, hacia China,
un enorme agradecimiento a Ana Tipa,
con la esperanza que el mundo sera mas armonico, como dijera Sun Yat Sen.