A punto de acabarse el 2010, es hora de hacer repaso a este último año. En eso mismo están los medios chinos, que en las últimas semanas han publicado algunas de las noticias que han marcado el 2010 en China.

En la publicación bisemanal New Weekly (新周刊), He Shuqing (何树青) ha escrito un artículo en el que se pregunta si los chinos tienen que estar orgullosos, preocupados, furiosos, deprimidos o desesperados con la situación del país. A continuación traducimos su completo y emotivo resumen del 2010:

Nota: todos los links han sido incluidos por nosotros para enlazar a las noticias a las que hace referencia el autor.

TRADUCCIÓN

¿Tenemos motivos para la esperanza…? Una carta para el año 2011

Publicado en New Weekly, por He Shuqing.

Ahora que el año 2010 está a punto de llegar a su fin, espero tu llegada.

¿Tenemos motivos para estar orgullosos…?

El PIB de China ha crecido hasta situarse en el segundo puesto mundial, y se espera que el país se convierta en la segunda economía del mundo con mayor nivel de ingresos.

China ha entrado en la era de la alta velocidad, y tanto el número de kilómetros de sus líneas ferroviarias como la velocidad de sus trenes están entre los más altos del mundo.

El presidente de la Oficina Internacional de Exposiciones, Jean-Pierre Lafon, ha dicho que “la Exposición Universal de Shanghai ha tenido un enorme éxito que ha superado por completo todas mis expectativas”.

El presidente del Consejo Olímpico de Asia, el jeque Ahmad al-Fahad al-Sabah, ha dicho que “los Juegos Asiáticos de Guangzhou han sido los mejores” que ha visto nunca, y que esta ciudad china “tiene capacidad para postularse como organizadora de los Juegos Olímpicos”.

Los expertos occidentales han pronosticado en diferentes ocasiones que China recuperará dentro de una nueva Asia “la posición de principal país del mundo que siempre ha tenido, y que sólo perdió durante el siglo XIX”.

¿Tenemos motivos para estar preocupados…?

El nivel de ingresos per cápita del país está entre los últimos del mundo, pero los precios cada vez más altos de los huevos hacen que esos ingresos queden en nada a final de mes.

Multitudes de personas emprenden el duro camino de la Administración pública, pero pocos consiguen llegar al otro lado. Los impuestos individuales permanecen constantes, y los impuestos sobre los inmuebles están listos para la acción.

La leche en polvo está contaminada, el arroz está adulterado, el marisco lleva hormonas, se vende la carne de ave como si fuera cordero, el polvo de perlas está hecho a base de pechinas. Así que es difícil valorar cómo se siente la gente.

Para hacer cualquier cosa siempre hay que tener contactos, y en todos los procesos de selección para un empleo pasan cosas de manera no oficial. Siempre hay que hacer horas extra en el trabajo, y los vuelos siempre se retrasan.

La capital del país se ha convertido en la capital de los atascos, donde las restricciones del tráfico se han convertido en moneda de cambio. La congestión del tráfico se extiende como un virus a las ciudades de segundo y tercer nivel.

¿Tenemos motivos para estar furiosos…?

Las expropiaciones se suceden sin parar, y el Gobierno las considera logros en su gestión política; si la obra es grande, después se dice que era de mala calidad.

Se encierra a los peticionarios en cárceles clandestinas [heijianyu, 黑监狱, “cárceles negras” en chino); después de una tragedia, el protagonista se disculpa y se le quita hierro al asunto.

Desgraciadamente, la competencia a muerte entre las empresas nos deja a merced de las dificultades; las políticas erráticas de la Administración pública nos sorprenden sin previo aviso.

Los universitarios con beca que no van a donar sangre no pueden recibir dicha ayuda.

Se cazan las aves migratorias que en invierno vuelan de Siberia a China: por cada cisne se pagan 2.000 yuanes [300 dólares], y por cada oca, 800 [120 dólares].

¿Tenemos motivos para estar deprimidos…?

Un hombre joven que se esfuerza no puede tener el mismo éxito que el hijo de un rico; una mujer joven que tiene dignidad no puede avanzar tan rápido como una que se arrima a un hombre con poder y dinero.

La línea de pobreza en China se fija en los 1.196 yuanes anuales per cápita [180 dólares], una cantidad inferior a las comidas, los cigarros y las botellas de vino que disfrutan los miembros de los grupos de interés.

Después de dar las gracias, un hombre mayor que recibe ayuda para levantarse tras caerse en la calle tiene que decir además “¡tranquilo, no te voy a chantajear para que me pagues!”

Los fenqing (愤青) [jóvenes chinos ultranacionalistas] destrozan bienes de sus compatriotas en nombre del antijaponismo, y la policía urbana (chengguan) acaban con los medios de subsistencia de los vendedores ambulantes en nombre del embellecimiento de las ciudades.

Las reglas morales están en los libros, los modelos están en la televisión, la tierra está en los pulmones, el amor está en el certificado de propiedad de la casa, los animalitos están en la cazuela, y el sentimiento de felicidad está en los sueños.

¿Tenemos motivos para estar desesperados…?

Los enfermos mentales y las personas que quieren vengarse de la sociedad entran en las escuelas y matan a nuestros hijos.

Los terremotos, los accidentes aéreos, las inundaciones y las sequías se suceden una tras otra, y los accidentes en las minas son tan frecuentes que no da tiempo a hacer unos minutos de silencio por las víctimas ni a recordar sus nombres.

Los funcionarios corruptos siguen cayendo, como si no se consiguiera acabar con su origen; sus diarios personales, llenos de contenido sexual, demuestran por qué están tan ocupados, y en qué se gastan el dinero público.

Las relaciones personales se han convertido en un salvoconducto para los beneficios, y los beneficios se han convertido en el lema de las relaciones personales.

Quieres cambiar el entorno, y te das cuenta de que hay dificultades por todas partes; quieres cambiar la sociedad, pero ¿quién es la sociedad?

¿Tenemos motivos para estar emocionados…?

En los microblogs (weibo) hay cientos de miles de personas que envían anuncios de “Se busca”. En todo el país hay miles de millones de personas que ayudan con sus acciones a regiones en las que se han producido catástrofes, y que son totalmente ajenas a sus propias vidas.

Durante los Juegos Olímpicos de Pekín, la Exposición Universal de Shanghai y los Juegos Asiáticos de Guangzhou, cientos de miles de voluntarios aceptaron gustosos el trabajo de voluntariado detrás del escenario.

Las flores de crisantemo blanco han inundado la calle Jiaozhou lu [calle de Shanghai donde se levantaba un edificio residencial en el que se produjo un enorme incendio el 15 de noviembre de 2010], mientras cientos de miles de personas vuelven a empezar de nuevo y con firmeza una vida que ya ha pasado.

Los profesores se quedan en el campo por los niños, y la gente de la calle hace lo que cree justo, rescata a los moribundos y cura a los heridos de forma espontánea.

Un amor infinito se transmite entre la gente; las sonrisas, los abrazos y las palabras cálidas, buenos días y buenas noches.

¿Tenemos motivos para la esperanza…?

Ninguno de nosotros quiere ser la última gota en el vaso de los débiles oprimidos, y podemos ser un ladrillo sobre el que se apoye la sociedad civil.

Hemos podido ver cómo la energía de toda la sociedad ha permitido que un país extremadamente pobre y débil se alzara rápidamente.

Recordamos vagamente que nuestros ideales no son para vivir, sino para autorrealizarnos en la sociedad, y que nos iluminan el camino.

Los emoticonos que usamos no son sólo para expresar nuestra ira y nuestro llanto, sino también para transmitir alegría, elogios y ánimos.

Puede que no tengamos convicciones firmes, pero sí tenemos una creencia básica: que este mundo y la mayor parte de las personas que viven en él merecen nuestra bondad.

2011, quiero hacerte una pregunta: ¿Habrá más esperanza para este mundo?

Fuente

► Xinzhoukan (vía Oh My Media): 我们是否有理由希望？——写给2011年的一封信