Varios medios chinos publican en los últimos dos meses reportajes sobre algunos de los dramas históricos del Maoísmo.
A principios de diciembre, el Beijing Youth Daily (中国青年报) publicó un extenso reportaje donde se contaban las dramáticas historias de los chinos que habían huido de la china continental y llegado a Hong-Kong durante el Maoísmo. Según este diario, entre 1950 y 1980 cerca de un millón de personas llegaron hasta la entonces isla británica cruzando por el pueblo de pescadores de Shenzhen huyendo de la pobreza y las persecuciones políticas.
El reportaje está basado en las investigaciones durante 22 años de Chen Bing´an (陈秉安), quien entrevistó a más de cien personas para escribir el libro “La gran huida a Hong-Kong” (大逃港), que se publicó en octubre de 2010.
Chen Bing´an se metió en esta investigación prácticamente de casualidad. A su alrededor comenzó a escuchar historias personales de empresarios y familiares que visitaban de vez en cuando Shenzhen y a partir de sus relatos comenzó a investigar sobre esta dramática migración todavía muy poco conocida en China.
El libro de Chen Bing´an y su repercusión en los medios se une (como mínimo) a otros dos reportajes publicados en algunos de los mejores medios chinos en los últimos dos meses. A principios de noviembre de 2010, el Southern Weekly (南方周末) publicó en portada un largo reportaje en el que los Guardias Rojos de la Revolución Cultural “pedían perdón públicamente después de 44 años”. En él, junto con las declaraciones de varios antiguos y arrepentidos Guardias Rojos, el semanal defendía la necesidad de este tipo de actos para evitar perder la memoria histórica.
Por su parte, el Southern Metropolis Weekly (南都周刊) publicó en portada a mediados de noviembre otra larga historia sobre los campos de trabajo durante el Maoísmo. Para ello, este semanal del sur del país utilizaba la historia de una persona que había sido acusada de derechista y había pasado más de tres años en uno de estos campos de trabajo de Gansu. Los periodistas acudieron 50 años después al mismo lugar de los hechos para contar su historia.
En un país donde el discurso histórico todavía está marcado por los intereses del Partido Comunista, este tipo de reportajes sirven para volver a poner en la agenda mediática y cultural unos acontecimientos de los que al poder no le interesa que se hable demasiado.
En el último de estos reportajes se habla de las migraciones masivas a Hong-Kong. Uno de los factores que llevo a Chen Bing´an a escribir un libro sobre el tema fue su encuentro con un empresario hongkonés. Después de hacerle una entrevista, el empresario le dijo: “Hay un acontecimiento histórico que me pasó a mí en persona, ¿te atreves a escribirlo? Si te atreves, ven conmigo”. Chen le siguió y llegó hasta el río que separa Shenzhen de Hong-Kong. Allí vieron una pequeña tumba. “Este es mi hermano”, le dijo el empresario hongkonés. Veinte años antes, los dos habían sido perseguidos por los policías fronterizos y una bala había alcanzado a su hermano mayor.
Otro de los objetivos del autor del libro era contar cómo era Shenzhen antes de convertirse en la cosmopolita y desarrollada ciudad que es hoy. Al menos hasta los 80, Shenzhen era tan sólo un pueblo de pescadores miserables que servía para pasar hasta la rica Hong-Kong. “De diez habitaciones nueve están vacías, en casa sólo se quedan los ancianos y los niños”, decía una canción de la época. El resto intentaba emigrar de todas las formas posibles, tanto que en un informe anual de 1971, las autoridades de Shenzhen reconocían que varios condados de los alrededores se habían quedado desiertos.
La mayor parte de esta emigración estaba formada por emigrantes de Guangdong, Hunan, Hubei, Jiangxi, Guangxi y de otras ocho provincias chinas, en total 62 ciudades. La inmensa mayoría eran campesinos pobres, aunque también había intelectuales, estudiantes, trabajadores y soldados. Entre los emigrantes había incluso miembros de las juventudes comunistas o funcionarios del Gobierno.
Había tres formas de pasar a Hong-Kong: en barco, nadando o a pie. La emigración hasta la entonces isla británica estaba llena de historias dramáticas. Para cruzar el río a nado, los niños practicaban desde pequeños en verano. Para llegar hasta la otra orilla, los chinos utilizaban neumáticos, plásticos o incluso mesas de ping-pong. Los niños y mayores solían optar por llegar a tierra rompiendo o saltando las vallas de alambre. Para evitar ser vistos por los guardias fronterizos, algunos acudían antes al zoo y se rociaban de excrementos de animales. De esta forma los perros de seguridad no les conseguían identificar.
El mayor obstáculo para llegar a Hong-Kong era precisamente la policia fronteriza, que consideraba a esta gente como “traidores a la patria” y no dudaba en disparar contra los emigrantes. Las tragedias que se vivieron en la frontera entre Shenzhen y Hong-Kong fueron tan graves que provocaron el surgimiento de una nueva profesión, “los recogedores de cadáveres” (拉尸行), que trabajaban para el propio ayuntamiento de Shenzhen. Según las tarifas establecidas a finales de los 70, por cada cadáver recogido cobraban un precio estipulado de 15 yuanes. Uno de estos trabajadores entrevistados por Chen Bing´an afirmaba que lo máximo que había cobrado en un día habían sido 750 yuanes (50 cuerpos, cuatro de ellos familiares suyos).
El reportaje del Beijing Youth Daily habla de dos razones fundamentales para huir de China:
1 – La pobreza y el hambre, que asolaron China durante el Maoísmo y tuvieron su máxima expresión en la hambruna provocada por el Gran Salto Adelante entre 1958 y 1962. En aquella época, el salario medio en Hong-Kong era 100 veces superior al de la china continental.
2 – Las persecuciones políticas, que tuvieron sus consecuencias más dramáticas durante la Revolución Cultural. Uno de los ejemplos más clásicos fue el del conocido músico Ma Sicong (马思聪), que consiguió llegar a la isla británica en 1967.
Varias décadas después de estas olas migratorias, algunos de los protagonistas de este episodio histórico consiguieron realizar el sueño hongkonés. A finales del siglo XX, entre las 100 personas más ricas de Hong-Kong 40 eran chinos que habían emigrado en los 60 y 70 desde la china continental. Entre ellos estaba Jimmy Lai (黎智英), rey del sector textil y los medios de comunicación, o el empresario Tsang Hin-chi (曾宪梓). En el mundo de la cultura también ha habido figuras importantes, como el escritor Ni Kuang (倪匡) o el cantante Luo Wen (罗文).
Fuentes y links
► Beijing Youth Daily (vía Netease): 30 años de huida a Hong-Kong
► Southern Weekly: Finalmente, 44 años después, los Guardias Rojos piden perdón públicamente / [Traducido al inglés por ESWN]
► Southern Metropolis Weekly: “Cincuenta años de los campos de trabajo derechistas”
Genial el artículo: una muestra de uno de los episodios más desconocidos de la historia china reciente, y también del importante papel de HK (ciudad a la que tanto cariño le tengo) para entender la China actual.