El pasado sábado participamos del programa de noticias dirigido por Gisel Ducatenzeiler en la Radio Autonómica de Canarias. Allí estuvimos hablando sobre la repercusión que ha tenido en China la concesión del Premio Nobel de la Paz, su posible influencia dentro de los distintos grupos del Partido Comunista de China (PCCh) y su posible liberación. Utiliza el reproductor de abajo para escucharlo o descárgatelo.

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Debido a los límites de tiempo, en algunas respuestas no me pude explayar tanto como hubiera querido. Cuando hablo de las distintas facciones dentro del PCCh, en los últimos años, meses e incluso semanas, el Primer Ministro chino Wen Jiabao (que de hecho compartió con Liu Xiaobo su simpatía por los manifestantes de 1989) parece haberse convertido en la figura más destacada de los más liberales y pro-reformas. En la misma semana en la que se le concedió el premio a Liu Xiaobo, el 3 de octubre, se emitió una entrevista con la CNN en la que abogaba por una reforma política y mayor libertad de prensa (curiosamente, las palabras del Primer Ministro fueron censuradas en su propio país). Y no es ni mucho menos la primera vez que Wen Jiabao hace este tipo de declaraciones.

Otro de los movimientos de los últimos días a favor de una mayor apertura política y mediática ha sido protagonizado por antiguos líderes del Partido, periodistas, profesores e investigadores, quienes han escrito una carta abierta al Comité Permanente de la Asamblea Nacional pidiendo acabar con la censura. Su principal impulsor ha sido Li Rui (李锐), que aunque fue secretario de Mao Zedong brevemente en los 50, en la actualidad es un escritor prohibido en China. La carta tiene las fechas del 1 y del 11 de octubre, y aunque ha sido relacionada con la concesión del Premio Nobel, lo cierto es que nadie lo sabe a ciencia cierta y podría no tener nada que ver. [puedes leer la carta, en chino y en inglés, en China Media Project]

Otra de las preguntas trataba sobre la posible liberación de Liu Xiaobo. Como digo en la entrevista, creo que su liberación ahora mismo es más complicada, ya que el Nobel le ha convertido definitivamente en un símbolo y ahora todas las miradas están pendientes de él. A corto plazo, la única solución para que fuera liberado sería que aceptara abandonar el país, algo poco probable debido a que Liu Xiaobo ha decidido siempre quedarse en China y seguir defendiendo sus ideas desde aquí. A largo plazo, un cambio en los líderes del país podría facilitar su liberación, aunque se haría en voz baja, silenciando su salida de cárcel y rechazando cualquier tipo de influencia desde el exterior. A pesar de una visión bastante pesimista, confío en que Liu Xiaobo no cumpla toda su condena en la cárcel. Si la China de hoy no se merece tener a una persona como él entre rejas, la de dentro de diez años muchos menos.