“Buscar un modelo de urbanización que se adapte a China es muy difícil”, dice Wu Jianmin, presidente de la Oficina Internacional de Exposiciones.
La Expo de Shanghai, bajo el lema Better City, Better Life (Mejor Ciudad, Mejor Vida), ha puesto sobre la mesa uno de los temas claves a nivel mundial: ¿qué tipo de ciudad queremos? ¿cómo desarrollarlas para evitar atascos, contaminación y favelas? Por primera vez en la historia, en el siglo XXI más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. La Expo de Shanghai es la primera que ha convertido a las urbes en las protagonistas.
China es un país en el que se combinan la mayoría de problemas mundiales: contaminación, escasez de recursos, superpoblación y pobreza. En el tema de la urbanización, sus habitantes han protagonizado una de las migraciones más rápidas del campo a la ciudad: con un 17% de chinos viviendo en urbes hasta 1978, en la actualidad la cifra está en torno al 50%. Al mismo tiempo, China es un país lleno de oportunidades para los países en vías de desarrollo, con un fuerte crecimiento económico y un despegue que puede servir de ejemplo para otros países. China busca ahora un modelo de ciudad, una forma de desarrollo para unas urbes que no dejan de crecer.
En una entrevista con el prestigioso semanal Nanfang Zhoumo, Wu Jianmin, presidente de la Oficina Internacional de Exposiciones, declaraba que el tema elegido por la Expo había recibido una gran acogida precisamente por su universalidad. Además, afirmaba que la Expo puede servir a China para aprender de otros modelos y de las mejores técnicas utilizadas en otras urbes. “Ahora mismo, podemos decir que toda la Expo está proponiendo planes e ideas para el desarrollo de las ciudades chinas”, dice Wu.
Wu Jianmin pone un ejemplo que sirve muy bien para comprender cuál ha sido la mentalidad hasta ahora de muchos de los gobernantes chinos, que copiaron el modelo estadounidense para casi todo durante la década de los 90. “En 1995, cuando estaba de embajador en Holanda, el Secretario General de la provincia de Zhejiang visitó el país. Él creía que la modernización de las ciudades pasaba por ´calles amplias, edificios altos y mucha gente´”, dice Wu al Nanfang Zhoumo. Hasta que no llegó a Holanda no comprendió que las casas pequeñas también podían ser bonitas.
La Expo también es una oportunidad para reflexionar sobre lo que ha hecho el país en las últimas décadas. Wu Jianmin destaca cómo el desarrollo de las urbes ha estado marcado por las necesidades económicas y la funcionalidad. El “objetivo de esta urbanización no era la belleza de las ciudades”, dice sobre el crecimiento de las urbes chinas. La urbanización ha sido un éxito a la hora de asegurar alojamiento, servir como un polo del desarrollo económico y evitar favelas; ha sido un desastre desde el punto de vista estético e histórico.
Aún así, China ha tenido a lo largo de la historia grandes maestros de la urbanización y del respeto al medio ambiente en las ciudades, adelantados a su tiempo que encanjarían perfectamente con los tiempos ecológicos que corren hoy en día. Uno de ellos fue Wu Zixu, quien hace 2.500 años diseñó la ciudad de Suzhou abogando por la unión entre el hombre y la naturaleza. Tal vez ese sea el camino, aunque, como reconoce Wu Jianmian, “buscar un modelo de urbanización que se adapte a China es muy difícil”.
Respetar el pasado
Una de las consecuencias de la urbanización china ha sido la destrucción de importantes centros históricos. Hua Xinmin (华新民), un defensor de la preservación de los cascos antiguos, declaraba al semanal que a pesar de las leyes aprobadas para proteger estas zonas, en realidad su destrucción no ha cesado. “Para proteger las ciudades y calles históricas hay que solucionar los problemas de raíz. Hay que saber de dónde viene el dinero y de dónde viene la tierra. Y hay que cortar estas raíces”, dice Hua.
Wang Jun (王军), un periodista de la agencia estatal Xinhua, recordaba una anécdota para explicar el peligro de derribar las partes antiguas de las urbes. Cuando un amigo suyo llegó en 1978 a Pekín, las murallas de la ciudad habían sido destruidas hacía tiempo, pero éste todavía podía sentir el espíritu y la cultura del Pekín antiguo. Según Wang, los últimos años (con los nuevos planes de 1990 y 2000) la destrucción de edificios antiguos es algo más que un daño físico: se está poniendo en peligro el espíritu de la ciudad.
Este mismo periodista destaca también la pérdida de espacios públicos en las ciudades. Hasta hace poco había dos lugares: los hutongs o calles y los templos. En la actualidad, estos espacios “todavía existen, pero ahora se dedican para otras cosas”. En una sociedad y gobierno mucho más preocupados por el beneficio económico, Wang Jun defiende la preservación de los barrios antiguos para desarrollar las ciudades de una forma más equilibrada.
Nota: hace algunos días tuve una conversación con un amigo (que no lee chino) que aseguraba que no era demasiado importante que los periodistas extranjeros tuvieran un buen nivel de chino, ya que los medios de este país no publicaban nada más que propaganda. El Nanfang Zhoumo, como otros medios más atrevidos de lo normal, se encarga todas las semanas de demostrar que existe un periodismo chino de calidad. [Puedes leer aquí otras historias traducidas o basadas en reportajes de este prestigioso semanal]
Fuentes
► Nanfang Zhoumo: Vida y muerte de las ciudades chinas (中国城市的生与死) / “Buscar un camino de urbanización que se adapte a China es muy complicado” (找到一条适合中国城市化的道路太难了) (en chino)
Me quedé con ganas de conocer más sobre las ideas de Wu Jianmin sobre este tema. Desde hace tiempo los organizadores de la Expo anuncian que para el final la idea es redactar la Declaración de Shanghai. Creo que la idea es juntar para el último mes a urbanistas y políticos de diversas partes del mundo para un gran foro. Por ahora se sabe muy poco al respecto. Actualmente lo que prevalece entre los que lo vemos de afuera es la duda de si se trata de un recurso de marketing o hay realmente un interés genuino. Yo creo que por un lado está la necesidad de parte de China de detener un poco el desastre ecológico que está produciendo la aceleradísima urbanización en el país. Por otro lado está el proyecto de liderar a nivel mundial las nuevas tecnologías más amigables con el medio ambiente, que entiendo se vienen desarrollando también aceleradamente en China.